Quiénes somos

El Programa Interamericano del Corazón se creó en septiembre de 1992 bajo los auspicios de la Federación Mundial del Corazón con el apoyo de la American Heart Association, la Heart & Stroke Foundation de Canadá, la Sociedad Interamericana de Cardiología y otras fundaciones / sociedades del corazón de todos los continentes americanos.

El 17 de abril de 1994, en Ciudad de México, 21 participantes que representaban a 12 países de las Américas firmaron una Declaración de Intenciones para convertirse en miembros de la organización que denominaron "Fundación InterAmericana del Corazón (FIC) cuya misión era reducir la discapacidad y la muerte por enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares en las Américas." Desde entonces, 36 fundaciones del corazón han ratificado su adhesión. Estas organizaciones se han comprometido a trabajar juntas en pro de una misión unificada.

En julio de 1995, Fundación InterAmericana del Corazón se constituyó legalmente como una organización estadounidense 501(c)(3) sin ánimo de lucro y exenta de impuestos que promueve la salud y el bienestar en América Latina y el Caribe (ALC) trabajando para reducir las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas -las enfermedades no transmisibles o ENT-, que son la principal causa de muerte prematura y discapacidad en el mundo actual.

Qué hacemos

FIC Los esfuerzos se dirigen a modificar los factores de riesgo que causan las ENT, promoviendo entornos sin humo, dietas sanas y actividad física en escuelas y comunidades. Facilitamos el desarrollo de redes de organizaciones de la sociedad civil que trabajan juntas para reducir los riesgos de obesidad, hipertensión, tabaquismo, inactividad física, uso nocivo del alcohol, efectos de la contaminación atmosférica y defensa del derecho a la salud y a la información. Vea nuestro nuevo FIC Folleto para más información.

Cada vez más gente consume tabaco, las dietas tienen más grasas y el trabajo físico se sustituye por aparatos que ahorran trabajo. Todo ello ha contribuido al sedentarismo y al aumento de peso. La combinación de malos hábitos de vida y urbanización, con el tiempo, provoca colesterol alto, diabetes, hipertensión arterial y el desarrollo prematuro de aterosclerosis.

El resultado puede ser un infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, derrame cerebral, enfermedad vascular periférica y otros problemas vasculares. El tratamiento médico requiere enormes gastos en atención médica y hospitalaria, agotando los recursos económicos a todos los niveles de los países de las Américas.

¿Cuáles son los retos?

- Promover una vida sana y reducir las ENT en América Latina y el Caribe a través de la investigación, la promoción, la sensibilización pública y la educación.
- Aumentar la concienciación en los países sobre la urgencia de hacer frente a esta pandemia que consume gran parte de los presupuestos sanitarios y socava el desarrollo sostenible, convirtiéndose en un problema de equidad social.
- Hacer de las ENT una inversión prioritaria para la salud y el desarrollo, promoviendo modelos de financiación que apoyen respuestas nacionales rentables a las ENT.
- Fortalecer y movilizar a la sociedad civil, incorporando las voces de los jóvenes y de las personas que viven con ENT, posibilitando el desarrollo de redes de organizaciones de la sociedad civil, integrando al mundo académico y científico, para que comprometan a los gobiernos y a los organismos multilaterales en este esfuerzo.

A la altura del desafío

- Sensibilizar, informar y educar a los responsables políticos, a los medios de comunicación y a la población sobre el derecho de las personas a la salud y a una información útil, clara y comprensible sobre lo que consumen, incluidos los alimentos y bebidas, el tabaco y los productos alcohólicos.
- Reforzar las políticas públicas para generar los cambios y normativas necesarios para mejorar la calidad de vida de todos.
- Promover ambientes libres de humo y etiquetas de advertencia para productos poco saludables como el tabaco, los cigarrillos electrónicos, el exceso de sal, los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas.
- Mejorar el acceso y la asequibilidad de frutas y verduras, promover la actividad física y controlar la contaminación atmosférica.
- Sensibilizar sobre la responsabilidad de los gobiernos de proteger la salud de las personas con políticas eficaces que creen un entorno que favorezca las elecciones saludables de los individuos.